lunes, 17 de septiembre de 2012

Lo que hay que ver... la neta

Buenas!!
 después de un largo letargo, he sufrido enfermedad y diversión en altas dosis, y otra vez me he atrevido a volver a escribir por estos lares. Hoy no veo la necesidad de restregar a nadie el paraíso que hemos visitado y lo bien que lo hemos pasado, eso será en otro momento, hoy, por el contrario he decidido comentar ciertas peculiaridades de la vida acá; por eso de que soy un poco TOC, voy a enumerar y comentar 3 peculiaridades que he ido viviendo:

1.- Docilidad mexicana.
Estos carteles, son la equivalencia de los vados españoles, o lo que viene a ser el "aterrador" -llamo a la grúa-. Aquí no se andan con chuminadas, para qué pudiendo lanzar un mensaje claro y conciso, la neta yo creo que habría que ir sustituyendo las placas de los garajes de España por éstas, menos gruas y más llaves! Dí que sí!
Advierto, no es coña, lo he visto ya en muuuchos lugares y la verdad es que yo en la entrada de mi garaje en Madrid disfrutaría cuando los jodidos carros se paran para comprar un pLuto chicle en el chino de al lado.


2.- Ovación en el camión.
El camión acá en México suele ser el transporte más concurrido como podéis comprobar. Se caracteriza por su nauseabundo olor en muchas ocasiones, su carencia de limpieza (es fácil quedarse pegado a las barras, aunque quizás mirándolo por el lado positivo quizás es un servicio más para no salir rebotados en algún socabón), y por último, por no aburrirte en ninguno de los trayectos, siempre puedes observar a los demás personajes (me incluyo) o vivir experiencias como la que me pasó el otro día. Pues bien, subo al camión y una niña de unos 5 años, llora y grita desconsoladamente, y yo pienso "Pobre, que sofocón lleva, ahorita se le pasará", y así fue, ahorita se le pasó (a la media hora redujo su intensidad de jodienda la pinche niña). La gente que se subía intentaba calmarla, preguntar por su mamá y cuestionarse acerca de como callarla. La mamá estaba, sí, sentada e impasible, como si disfrutara con que su hijita jodiera nuestros tímpanos, y en cuanto a los mecanismos de silenciado... ninguno funcionó, ni los gritos de la gente para que callara (insultos, imporperios hacia la mamá claro) ni la comida y chuches que la niña pudo zamparse cual oso de zoológico, nada, nada de nada. Pero algo insólito pasó, cuando por fín la niña y la madre hicieron el ademán de moverse para bajar... un mar de vítores, gritos de celebración y un sonoro aplauso empezaron a sonar, paseillo a la mocosa y a la madre, y luego todos tan tranquilos, así es México.


3.- Peligros en la vía pública.
Así es, ya he comentado que las calles son  un poco desastres... tienen sus peligros ya que hay un 99,9% de posibilidades de que haya tropezón cada vez que se sale a la calle, ya vayas por la banqueta (acera) o por la carretera. Los coches tienen que tener jodida la suspensión, pero ¿y nosotros? La verdad es que los dedos gordos de ambos pies se encuentran ya resentidos de patear lineas del piso. En contra de lo que podéis pensar, yo aún no he mordido el suelo (toco madera a la vez que lo escribo), pero gente de mi familia acá, lo ha mordido bastante bien, pero nada comparado con otro wey de mi familia, no solo lo probó sino que antes de ayer mismo, fue succionado por un agujero/alcantarilla cuando caminábamos placidamente en una bonita noche lluviosa de pLuto tormentOn. Cuando nos quisimos dar cuenta... ¿Qué pedo? ¿Qué haces ahí dentro? La verdad es que nos dio risa, todos los huesos estaban enteros, y no hubo que lamentar mordidas de cocodrilos, por lo que... una anécdota necesaria para que andemos con mil ojos.



Ya cambiando de tercio, no quiero dejar de Felicitar nuevamente a mi querido hermanito Mrio y a mi mamá, que este fin de semana fue su cumpleaños feliz y no he podido estar con ellos para achucharles, pero bueno, creo que algunas sorpresas que han recibido no les han sentado nada pero nada mal jiji.
Os dejo aquí el vídeo que le hice a mi hermano, con la ayuda de amigos y familia mexicana:



Un beso grande para todos, volveré pronto!





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